Guía de MadridLa Catedral de Santa María la Real de la Almudena es uno de los monumentos imprescindibles que hay que visitar en Madrid. Se trata del último templo catedralicio construido en España, siendo consagrado por el papa San Juan Pablo II en junio de 1993. Situada frente al Palacio Real y de acceso gratuito, todo el que pasa por delante de ella entra y recorre su interior neogótico, aunque su verdadero secreto no se encuentra ahí, sino en la parte trasera del edificio.
Encaminando la Calle Mayor hasta el final, los turistas se topan con uno de los secretos más desconocidos de la capital de España que pasa desapercibido hasta para los propios madrileños. Oficialmente conocida como Parroquia de Santa María la Real de la Almudena, la cripta de la catedral de Madrid es un impresionante templo de estilo neorrománico cuya belleza llega a superar al del resto del complejo. Sus vidrieras pueden presumir de ser las más valiosas de la ciudad y sus 400 columnas son todas diferentes. Estas son algunas de las muchas curiosidades que se esconden en la Cripta de la Almudena, aunque te esperan muchas más durante la visita.
Historia de la Cripta de la Almudena
En 1868, el Ayuntamiento de Madrid procede a derribar la Parroquia de Santa María la Mayor, situada en la Calle Mayor y en la que se se daba culto a la patrona de la villa, la Virgen de la Almudena. Se trataba de la iglesia más antigua de la capital cuyo origen se remontaba al período de dominación musulmana, pero fue necesario su derribo para la ampliación de una de las calles más transitadas de la ciudad.
La Cripta de la Almudena es de estilo neorrománicoDebido a ello, se tuvo que buscar un nuevo espacio para construir un nuevo templo. La Corona, gracias a la intercesión de la Reina María de las Mercedes, consorte de Alfonso XII y muy devota de la patrona madrileña, cedió unos terrenos frente al Palacio Real, donde se decidió erigir una nueva iglesia que acabó convirtiéndose en catedral. Las obras comenzaron por la actual cripta, que fue diseñada por Francisco de Cubas y Enrique María Repullés y Vargas en estilo neorrománico, dando forma al que posiblemente sea uno de los edificios neomedievales más importantes de España.
La repentina muerte de María de la Mercedes obligó a que las obras avanzasen, ya que se pensó que en utilizar este lugar de la catedral como mausoleo para la reina, al no poder ser enterrada en el Panteón de Reyes de El Escorial por no haber dado hijo a la Corona. La Capilla del Santísimo se dispuso para ello, pero dada la devoción que la monarca profesó siempre por la Virgen de la Almudena, su cuerpo fue inhumado bajo los pies de la patrona, en la propia iglesia catedralicia.
Las vidrieras de la Cripta de la Almudena son las mejores de MadridLa Cripta de la Almudena fue inaugurada el 30 de mayo de 1911, colocándose en el altar mayor la imagen de la Virgen, donde permaneció hasta 1948, momento en que fue trasladada a la Colegiata de San Isidro, que por aquel entonces ejercía de catedral provisional de Madrid. Volvería a salir de ella en 1993, cuando, tres días antes de la consagración de su actual casa, partió en multitudinaria procesión para ser entronizada en el retablo del crucero que nunca más ha vuelto a abandonar. En el lugar que dejó vacío en la cripta se colocó una réplica, la cual todavía hoy se puede contemplar.
Qué ver en la Cripta de la Almudena
Lo cierto es que la Parroquia de la Almudena es la cripta de la catedral porque en ella se encuentran enterradas más de 2.000 personas, siendo la mayor parte de ellas de familias nobles y de la alta burguesía madrileña. Con el objetivo de poder financiar las obras del templo y terminarlo, tuvieron que solicitar a la Santa Sede una dispensa para poder utilizar este espacio como cementerio, a fin de poder destinar el dinero obtenido con la venta de sepulturas a la finalización de la catedral.
La Cripta de la Almudena está sostenida por más de 400 columnasA lo largo de las 18 capillas laterales que se pueden visitar, los curiosos que se adentran en este curioso templo pueden contemplar verdaderos monumentos funerarios que se entremezclan con obras de arte de diversas épocas y estilos. Sobresalen, como ya hemos dicho anteriormente, las maravillosas vidrieras dispersas por toda la iglesia, que para muchos expertos son las más valiosas de Madrid, así como los capitales que coronan las más de 400 columnas dispersas por todo el recinto, cada uno diferente y de motivos vegetales, animales y religiosos.
La Virgen de la Flor de Lis
Uno de los grandes tesoros de la Cripta de la Almudena es la imagen de la Virgen de la Flor de Lis. Posiblemente, muchos madrileños no habrán oído hablar nunca de ella, pero realmente se trata de una de las obras de arte más antiguas que se conservan en Madrid. Se corresponde con una pintura mural datada del siglo XIII, aunque algunas corrientes sostienen que fue ordenada ser pintada por Alfonso VI de Castilla en torno al siglo XI para que el pueblo pudiera dar culto a la Virgen María a la espera de recuperar la imagen de la patrona, que había sido escondida en un cubo de la muralla antes de la conquista árabe para evitar su profanación.
La Virgen de la Flor de Lis ocupa una de las capillas de la Cripta de la AlmudenaLa pintura representa a la Virgen con el Niño Jesús en brazos, mientras que en una de sus manos sostiene una flor de lis, de donde recibe su nombre y que le ha hecho ser nombrada patrona de los jardineros. Su ubicación original era el ábside de la Iglesia de Santa María, aunque el paso del tiempo hizo que quedase oculta detrás de un retablo. No obstante, una serie de remodelaciones la pusieron al descubierto en el siglo XVII, dándole de nuevo culto. Tras la clausura del templo para su derribo, su destino fue la Iglesia del Sacramento, junto a la escultura de La Almudena, hasta su colocación actual en 1911 en la Cripta catedralicia, donde continúa recibiendo admiración.
Cuándo visitar la Cripta de la Almudena
La Cripta de la Almudena es un imprescindible de Madrid y, sobre todo, de la visita a la catedral. Se puede acceder a su interior cada día, ya que está abierta desde las 10:00 hasta las 20:00 horas, siendo su acceso gratuito, aunque suele haber una persona en la puerta que solicita un donativo para colaborar con el mantenimiento. Un templo de silencio y recogimiento en el que también se alaba el arte y la arquitectura.
