Qué hacer en Zaragoza cuando llueve: 5 planes para olvidarse de la lluvia

Zaragoza puede ser un destino muy interesante para disfrutar de todos los rincones de la ciudad y de las actividades tan variadas que ofrece. Sin embargo, el cambio de tiempo en la capital aragonesa es uno de los grandes problemas que le caracteriza. Aunque Zaragoza tiende a ser un destino seco, es necesario tener una serie de planes a cubierto a los que poder optar en caso de que la lluvia sea la protagonista del día. De esta manera se puede seguir disfrutando de otros espacios interesantes de la ciudad, conociendo más aspectos sobre su historia y esperando, aunque haga falta el paraguas, a que la lluvia deje de caer.

Una ruta por algunos de sus museos

La capital aragonesa se caracteriza por la numerosa presencia de museos que ofrecen distintas exposiciones y que recogen elementos representativos de Zaragoza. Entre ellos se encuentran dos museos que dedican su espacio a dos artistas aragoneses reconocidos en el mundo del arte, el Museo Pablo Gargallo y el Museo Goya.

El Museo Pablo Gargallo brinda un homenaje a los artistas aragoneses | Foto: Museo Pablo Gargallo

Todos estos museos se encuentran en el Casco Antiguo de la ciudad y pueden ser un gran plan para pasar un día lluvioso en Zaragoza. Al estar todos ellos tan cercanos los unos de los otros, un pequeño tour por algunas de estas exposiciones es una gran opción contra la lluvia y, aunque sea necesario sacar el paraguas para desplazarse entre los distintos edificios, los interiores de los museos que la ciudad de Zaragoza ofrece dejarán sorprendidos a los visitantes.

Museo Pablo Gargallo

El Museo Pablo Gargallo permite pasar la tarde observando las 177 obras del escultor Pablo Gargallo, evitando la lluvia y conociendo un poco más al autor aragonés. El Museo se encuentra en el interior de la Casa de los Condes de Argillo, un palacio renacentista del siglo XVII, y se inauguró en 1985. Aunque haga falta el uso del paraguas para llegar hasta él, cuenta con cinco plantas permanentes, dos de colección temporal y una sala de audiovisuales que harán que los visitantes se olviden temporalmente de la lluvia.

Museo Goya

Sin duda, el Museo Goya es una visita obligatoria para todos aquellos que quieran tener un plan alternativo a su visita por las calles zaragozanas del Casco Antiguo en caso de que llegue la lluvia. A cinco minutos a pie desde el Museo Pablo Gargallo, la colección que presenta no dejará indiferente a nadie.

El Museo Goya de Zaragoza recoge la única exposición permanente de las obrasd el artista | Foto: Museo Goya

El Museo Goya de la capital aragonesa se trata de la única exposición permanente de todas las series del pintor aragonés, desde su juventud hasta su estancia en Burdeos. Aunque consta de una exposición más reciente que viene de la mano de Ibercaja, se encuentra situada en Palacio de los Pardo y permite profundizar en Goya y otros artistas contemporáneos a su obra.

Museo de los Faroles y Rosario de Cristal

Zaragoza no solo cuenta con distintos museos que cuentan parte de la historia de la ciudad, también dispone de unas curiosas y diferentes exposiciones con las que se puede pasar una tarde de lluvia mientras se disfruta de planes culturales para descubrir todavía más la urbe.

La visita a la exposición del Rosario de Cristal es imprescindible | Foto: Catedral de Zaragoza

Uno de los museos más sorprendentes es el Museo de los Faroles y Rosario de Cristal, que se encuentra en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y que muestra la exposición permanente de 258 faroles y 15 carrozas de cristal que forman parte de una procesión que tiene lugar cada 13 de octubre desde 1890. Se trata de una visita única por la que se va conociendo la historia de cada uno de los faroles, que se iluminan al paso de los visitantes, y que puede ser una gran alternativa a los planes de exterior.

Museo del Origami

Otro de los museos más especiales que recoge la ciudad de Zaragoza es el Museo del Origami. Se trata de un espacio único que consta de una exposición fija y una zona para exposiciones temporales que van cambiando de temática pero que mantienen un foco principal, el arte del Origami. Y es que si se quiere optar por un plan distinto con el que protegerse de la lluvia, este museo es perfecto tanto para niños como para adultos, siendo el único de este tipo en Europa y uno de los pocos que existen en todo el mundo. Además de observar las figuras de papel, el museo cuenta con dos horarios concretos durante el fin de semana en el que los visitantes pueden realizar talleres para aprender a realizar figuritas de Origami y que se adaptan a distintos niveles de dificultad.

El Mercado Central, una cubierta alternativa con tapas

El Tubo de Zaragoza es una de las zonas más tradicionales de bares de tapas y, aunque es un buen plan para pasar el día, en los días de lluvia caminar por la calle hasta entrar en uno de los establecimientos puede resultar menos agradable. Sin embargo, esta no es la única zona de tapas que la ciudad ofrece, el tradicional Mercado Central de Zaragoza ha creado una zona, Rombo Zentral, que cuenta con cuatro puestos de tapas y cócteles con los que disfrutar en cubierto de una tarde de lluvia. Además, desde el viernes hasta el domingo, se pueden vivir distintos espectáculos con música en directo o DJs al mismo tiempo que se disfruta de una tarde de degustación de variadas tapas.

El Mercado Central es un lugar excepcional para disfrutar de una tarde de tapas

El Mercado Central no solo es una buena oportunidad para seguir disfrutando de una tarde de 'tapeo', también es un lugar histórico de la ciudad de Zaragoza que es necesario visitar. A pesar de su reforma en 2020, las fachadas del edificio de 1903 siguen manteniendo su estilo modernista con toques neo-clásicos que las caracterizan y que están completadas con unos motivos vegetales, animales y mitológicos. El exterior de piedra contrasta con el interior de metal y el edificio se vuelve más especial cuando se hace de noche, iluminando tanto su interior como sus dos fachadas exteriores.

El Pasaje de la Industria y el Comercio

Este pasaje comercial puede ser una gran alternativa a un día de terraza en el exterior lluvioso de las calles de Zaragoza. También es conocido popularmente como el Pasaje del Ciclón debido a la juguetería que se encontraba en su interior, El Ciclón, y que fue uno de los últimos comercios tradicionales del pasaje en cerrar. Se trata de un espacio especial de la ciudad, fue construido entre 1882 y 1883 y es uno de los tres ejemplos de galerías modernistas que quedan en España, estando las otras dos en Albacete y Valladolid.

El Pasaje del comercio se puede encontrar en plena Plaza del Pilar

Aunque muchos de los comercios que se encontraban en el pasaje hayan cerrado sus puertas, la galería, que se encuentra en plena Plaza del Pilar, sigue siendo un buen espacio en el que disfrutar de una lluviosa tarde. Así, el Pasaje del Ciclón cuenta con distintos establecimientos que disponen de terrazas cubiertas:

• Café Botánico: Se trata de un pequeño espacio en el que se puede disfrutar desde platos salados hasta dulces, con especial atención a sus tartas caseras. No solo es un espacio de desayunos y meriendas, sino que de jueves a sábado también puede ser un local perfecto en el que disfrutar de unos cócteles muy variados.
• Gelati Dino: Aunque los helados son la especialidad de esta cafetería en un día lluvioso puede que no a todo el mundo le apetezca uno, por ello, Dino también cuenta con otros productos en su carta como crepes o cafés de los que poder disfrutar en un frío día de lluvia.
• El Ciclón: Se trata de un reciente restaurante de cocina de autor que utiliza los tradicionales productos de Aragón en alguna de las interpretaciones de sus platos. Además de un buen espacio de cena, también es un buen local en el que disfrutar de unas copas y de la música que ofrecen tanto en su interior como en la terraza con la que cuentan en el pasaje.
• Restaurante El Real: Se trata de un espacio situado en un edificio modernista del siglo XIX en el que se puede disfrutar de una doble experiencia. Por un lado, cuenta con una zona restaurante en el que disfrutar de los platos de su carta y, por otro, tiene un espacio de cervecería donde se puede probar cervezas internacionales acompañadas de unas tapas.

Un plan diferente en el Acuario de Zaragoza

Un buen plan para un día de lluvia, tanto para los más pequeños como para los adultos, es visitar el acuario fluvial más grande de Europa. Expone más de 5000 ejemplares de fauna fluvial y recorre cinco ríos, uno por cada continente, como el Nilo, el Amazonas o el Ebro. Se inauguró en 2008 para la celebración de la Exposición Mundial del Agua y actualmente cuenta con 70 zonas entre las que se reparten los distintos animales que ocupan el espacio.

El Acuario de Zaragoza posee el acuario fluvial más grande de Europa | Foto: Acuario de Zaragoza

Aunque está más alejado del centro de la ciudad, y haga falta sacar el paraguas para evitar mojarse, el camino merecerá la pena. Además de la visita tradicional, el acuario también ofrece experiencias de buceo para los más pequeños, los que se quieran iniciar en ello y los que ya disponen de título. Aunque se trata de una actividad que tiene que ser planificada con antelación y que tiene un coste más elevado, sumergirse en el tanque de más de 8 metros de profundidad del que dispone el acuario es una experiencia que, sin duda, permitirá olvidarse de la lluvia.

Una tarde de cultura en el Teatro Principal de Zaragoza

Si además de comer se quiere optar por un plan cultural, el Teatro Principal de Zaragoza es uno de los mejores espacios al que acudir. Aunque en un día de lluvia apetezca quedarse en casa disfrutando de una película o serie en la televisión, Zaragoza ofrece una cartelera con algunas de las obras de teatro más importantes del momento y que han pasado por Madrid o Barcelona.

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El interior del Teatro Principal de Zaragoza está repleto de historia | Foto: Teatro Principal de Zaragoza

Además de poder disfrutar de una tarde llena de teatro, el edificio tiene un encanto especial, por lo que observar su interior y conocer más a fondo su historia puede ser un gran complemento para una tarde de lluvia. Inaugurado en 1799, el teatro ha pasado por distintas reformas para su mantenimiento, cuenta con distintas pinturas en su techo y con una gran arquitectura interior llena de motivos y detalles que convierten una simple tarde de teatro en una experiencia para recordar.