Montblanc, también conocido como Montblanch, es un municipio que se encuentra al sur de la comarca de la Cuenca de Barbera, en la provincia de Tarragona. Se trata de un histórico pueblo medieval que constituye el mayor recinto amurallado de Cataluña, por lo que sus calles, plazas, iglesias y palacios suponen un gran atractivo turístico y uno de los destinos que no te puedes perder si eres un amante de la arquitectura y la cultura del medievo.
Los imprescindibles de Montblanc
Como no podía ser de otro modo, la Muralla de Montblanc es la atracción principal de la villa tarraconense. Se trata de un recinto del siglo XIV, excelentemente conservado y formado por un conjunto de torres (de Bové, de los Cinco Lados, etc.), portales (como las de San Francisco, San Antonio o San Jorge) y puertas de paso (como el Foradot o la de San Marcial). Por ello, es imprescindible subir a las torres para disfrutar de las espectaculares vistas panorámicas de la población, así como pasear por el paso de ronda. A continuación, en el interior del recinto amurallado se encuentra el Casco Antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1948, donde son de visita obligada la iglesia de Sant Miquel, de estructura gótica y portada románica, y la iglesia de Santa María la Mayor, un espectacular templo gótico del siglo XIV que se encuentra sobre un promontorio por encima del núcleo urbano, por lo que también es conocida como la Catedral de la Montaña.
Tampoco puede faltar el paseo por la Calle Mayor, antigua Calle Real y por la Plaça Mayor, antigua plaza del mercadal y punto neurálgico de la villa de Montblanc. En cuanto a los puntos a visitar en extramuros, destaca el antiguo Convento de San Francisco, uno de los más longevos de Cataluña que lleva el nombre del santo de Asís puesto que la tradición cuenta que este pasó una noche allí en 1211. Se trata de un austero edificio gótico que tras ser abandonado en 1836 fue empleado para diversos menesteres desde una fábrica hasta la sala polivalente que es hoy en día y que el Ayuntamiento utiliza como recinto ferial para eventos. Además, desde el convento franciscano se obtienen unas excelentes vistas de la muralla.
En cuanto a los museos, Montblanc tiene una amplia oferta de exposiciones y galerías que o bien son gratuitas o tienen un precio prácticamente simbólico. Destaca el Museo Comarcal, los museos de arte Palau Ferré y Frederic Marés, el Museo de Ciencias Naturales, el Centro de Interpretación del Arte Rupestre (CIAR), el Museo Molinos de la Villa, la sala de exposiciones San Miguel, el Museo del Vino o el Museo del Pesebre de Cataluña, que durante las fiestas navideñas ofrece distintas exposiciones de belenes. Por otro lado, Montblanc cuenta con unas curiosas exposiciones, muy atractivas tanto para los locales como para los turistas: Se trata de Brickània, el Festival de Lego de Montblanc, que tiene lugar en junio; Terrània, el Festival Internacional de Cerámica de Montblanc, que tiene lugar en septiembre; y Clickània, el Festival de Clicks de Playmobil de Montblanc, que se celebra en octubre.
Qué más ver en Montblanc
Si cuentas con tiempo en tu viaje, hay muchas otras lugares que puedes visitar y actividades que realizar durante tus vacaciones en Montblanc. La visita guiada a las pinturas rupestres es, sin duda, toda una experiencia ya que durante esa excursión de ocho kilómetros de recorrido y tres horas y media de duración disfrutarás de una jornada histórica, cultural y natural ya que estos elementos fueron declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Además, esta actividad incluye una entrada gratuita Centro de Interpretación del Arte Rupestre de las Montañas de Prades de Montblanc.
También merece la pena visitar el Monasterio de Poblet, que se encuentra a 12 kilómetros, incluso, dependiendo del tiempo que tengas, puedes realizar la Ruta del Císter, que además del de Poblet, está configurado por otros dos monasterios cisterscienses, el de Santes Creus y el de Vallbona de les Monges. Una emblemática ruta por Tarragona que, por su parte, cada año atrae a muchos viajeros que la hacen hasta al pueblo de Montblanc por su cercanía al citado Monasterio de Poblet.
Por otro lado, también puedes disfrutar de todo el entorno natural de Montblanc visitando, en los alrededores de la zona, lugares tan destacables como el Paraje natural de Interés Nacional de Poblet, la sierra de Miramar o las Montañas de Prades. Si te gusta el senderismo puedes hacer escapadas como el Passeig del Francolí, la ruta De Rojals als Cogullons o la visita al antiguo pueblo de Prenafeta Vella i el Tossal Gros. También puedes hacer otras rutas a pie para visitar las ermitas de Sant Joan y Sant Josep.
Cuándo ir a Montblanc
Su gran historia y patrimonio hacen de Montblanc un destinio ideal para ser visitado en cualquier época del año, pero, según cuáles sean tus objetivos es recomendable que planifiques cuándo es el mejor momento para visitarlo. Por ejemplo, atendiendo a la climatología, los meses más fríos, con unas temperaturas máximas de ente 12 y 15 grados y unas mínimas de entre 2 y 5, van desde noviembre hasta marzo, teniendo una ocupación intermedia en los dos últimos meses del año, el primer mes de la primavera y agosto, mientras que enero y febrero, así como junio, son los meses en los que hay menos visitantes. Por el contrario, Montblanc alcanza las cotas más altas de popularidad en los meses de abril y julio, seguidos de septiembre y octubre.
Aunque si hay un momento ideal para visitar Montblanc, ese es el fin de semana. Los sábados, domingos y festivos, el pueblo se llena de actividad. De hecho, los eventos y las fiestas más importantes tienen lugar en fines de semana, que, además, es cuando tienen lugar la visitas guiadas que se realizan desde la Oficina de Turismo, donde ofrecen tres opciones: La visita al Conjunto Monumental y Artístico, la visita a la muralla y paso de ronda o la visita a la muralla con degustación de la gastronomía típica. De este modo se podrá descubrir todos los rincones anteriormente detallados, acompañados por los guías turísticos de Montblanc si es que no deseas hacer el recorrido por tu cuenta.
Y, por último, atendiendo a esas festividades que comentábamos, son numerosos los eventos que pueden estipular las fechas de tu viaje si quieres disfrutar de Montblanc en todo su esplendor o quieres acudir a alguno de estos actos en concreto. La fiesta por excelencia es la Semana Medieval, un proyecto que se remonta al año 1981 cuando comenzó a representarse la Leyenda de Sant Jordi entre muchísimos otros actos, representaciones, torneos, mercados... ambientados en la Edad Media, que tiene lugar durante la última semana de abril. Sin embargo, hay muchísimas otras fiestas tradicionales que puedes disfrutar tanto si te cuadran en tus días de vacaciones como si quieres hacer una escapada de fin de semana para acudir a alguna de ellas, ya que merece la pena ver cómo se transforma del pueblo durante estas fechas.
Fiestas tradicionales de Montblanc
Durante la segunda semana de mayo se celebran las Fiestas de Sant Matías, en honor al patrón de la villa, que le arrebató el patronato a Sant Jordi en el año 1687 después de que el pueblo lo votara por salvarlos de una plaga de langostas. La festividad incluye ferias gastronómicas y vinícolas, actu aciones de grupos folclóricos, concentración de gigantes y cabezudos y varias exposiciones. En junio tiene lugar la celebración religiosa del Corpus, que fue la más popular y relevante de la zona desde el siglo XIV y actualmente se continúa celebrando en la Iglesia de Santa María con los feligreses, los niños que ese año reciben la Primera Comunión y las autoridades. Además, también se puede disfrutar del folklore de Montblanc en las calles de centro histórico con el águila, los gigantes y cabezudos, mulassa, banda musical, etc.
Otra festividad muy celebrada es la noche de San Juan. Haciendo honor al origen de la fiesta, los Ermitaños de Sant Joan de la Muntanya han vuelto a inpulsar la tradición de encender una hoguera en la ermita y ofrecer una cena a los asistentes. Al día siguiente, tras el oficio religioso se degusta un desayuno popular y durante toda la mañana tienen lugar el ball de bastons, los Torraires y las sardanas, así como la organización de carreras y caminatas a la ermita que culminan con el cambio de la bandera autonómica del mirador.
El primer domingo del mes de julio tiene lugar en la Plaza Mayor el Aplec Sardanista, donde, durante todo el día, se interpretan 22 sardanas por parte de dos renombradas orquestas. Por otro lado, desde el año 1930, el 8 de septiembre se celebra la Fiesta Mayor, con actos lúdicos, deportivos, culturales y festivos para todos los gustos, destacando la actuación de todos los grupos del folklore local en la Plaza Mayor durante los días 8 y 9 de septiembre. El origen de esta fiesta se remonta a la creencia de que la princesa griega Irene Làscaris, de camino a Zaragoza, pasó por Montblanc con una imagen de la Virgen María, quedándose parados en un cerro cercano a la villa, hecho que se interpretó como que la imagen quería quedarse allí, por lo que se construyó un convento de monjas Clarisas que desde 1296 veneran a la Virgen María de la Serra, patrona de la villa.
A final de año se celebran las Fiestas Tradicionales de Navidad y Reyes, que incluyen el Pastorets, cagatió, cursa de Sant Silvestre, la fiesta de fin de año y la cabalgata de Reyes Magos; mientras que en la segunda semana de febrero tiene lugar el Carnaval de Montblanc, una celebración de tres días cuyo elemento principal es la Xeringa, una costumbre medieval que consistía en crear una gran jeringa para pedir diezmo a los visitantes y mojar al que se negaba. En actualidad se celebra en la Plaza Mayor, mojando a todos los que pasan por allí. El viernes se da inicio a las fiestas con el recibimiento a Su Majestad Carnestoltes y su séquito, el sábado se celebran los pasacalles, la gran cabalgata y el baile de disfraces y el martes tiene lugar el entierro de la sardina y la lectura del testamento.
La Semana Santa de Montblanc es una de las más antiguas de la provincia y la tracición documentada más antigua de la villa. De hecho, la Congregación de la Purísima Sangre, que continúa organizando los actos, ya existía en el año 1601. El acto principal es la procesión de Viernes Santo, que sigue el recorrido que hace siglos pasando a oscuras por las mismas calles, con la única iluminación de teas y antorchas, transportando a los asistentes a la escena tradicional de la Edad Media. Su sede histórica se encuentra en la antigua iglesia hospital de Sant Marçal, donde durante el año se guardan los pasos e imágenes que salen en procesión.