Cuando el reloj marcaba las doce de la noche, la carroza se convertía en calabaza, el cristal en zapato y los corceles en ratoncitos. Sin embargo, la magia no se iba y siempre permanecía, para repetir el cuento una y otra vez. Ese es el encanto de Disney, un encanto que ha traspasado las hojas de papel y la gran pantalla para inundar todos los rincones del mundo real. Este grandísimo animador y la factoría que creó se vienen inspirando en pueblos, palacios, castillos o iglesias para dar forma a esa burbuja de sueños, deseos e ilusiones. Si quieres sentir este hechizo en primera persona, descubre a continuación 10 escenarios reales que han inspirado a Disney para construir los escenarios de sus películas.
Blancanieves y el Alcázar de Segovia
Aunque todos nos hemos parado alguna vez a ver alguna película de Disney, él ya se había fijado en el Alcázar de Segovia para dar forma a una de las más famosas de la historia, "Blancanieves y los siete enanitos", estrenada en 1937. El castillo de la malvada madrastra está inspirado en este palacio medieval en el que habitaron muchos reyes castellanos. Fue con Felipe II cuando el Alcázar de Segovia tomó la forma que vemos hoy en día, con líneas más elegantes rematadas con altas torres de pizarra que le dieron un aire europeo. Enclavado en un saliente rocoso de la ciudad, fue una fortaleza inexpugnable, aunque no deja de ser un castillo de auténtico cuento. Mientras que unos visitantes buscan entre sus estancias a Isabel La Católica, otros irán al acecho de Blancanieves, dormida en alguna de sus estancias por el sueño de la manzana a la espera de que el príncipe azul la despierte.
La Bella Durmiente y el Castillo de Neuschwanstein
Luis II de Baviera se sorprendería al saber que el castillo que mandó construir en el siglo XIX sea actualmente uno de los monumentos más visitados y fotografiados de Alemania. El Castillo de Neuschwanstein sigue el precepto medieval, estando a la espera de ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La belleza ecléctica de esta fortaleza radica en que su diseño nació en la mente del propio Luis II, sin saber que casi un siglo más tarde, en 1959, el propio Walt Disney se fijaría en él para dar forma al castillo de la película "La Bella Durmiente". Mientras que el mundo sigue enamorándose de la historia de la princesa Aurora y el príncipe Felipe, este castillo alemán hace lo propio con sus visitantes. Además, Neuschwanstein ha llegado a traspasar fronteras, ya que el castillo del parque de atracciones Disney World, en Orlando, también se inspira en él.
La Sirenita y el Castillo de Chillon
En 1989 se estrenaba una de las películas más famosas de los clásicos de Disney, "La Sirenita". La historia de Ariel, que luchaba por escapar de sus escamas para ser feliz con el príncipe Eric, ha enamorado a varias generaciones y se ha mantenido en el tiempo con su segunda y tercera parte. Mientras que para el "bajo el mar" la factoría Disney tomó como ejemplo cualquier fondo marino, para el castillo costero del príncipe azul no lo dudaron y pusieron los ojos en el Castillo de Chillon, localizado al pie de las aguas del Lago Lemán, en Suiza. De estilos románico y gótico, este castillo se remonta al siglo X y el uso defensivo que le ha caracterizado siempre ha dejado paso al aprovechamiento turístico. Además, no solo a Disney ha inspirado, también lo hizo con el mismísimo Lord Byron, el gran poeta inglés que escribió unos versos hablando de este castillo en su poema "El prisionero de Chillon".
La Bella y la Bestia y el pueblo francés de Riquewihr
Con "La Bella y la Bestia" descubrimos que la mayor verdad que existe en el mundo es que la belleza está en el interior, y belleza es lo que no falta en Riquewihr, un pequeño pueblecito de la región francesa de Alsacia que sirvió de inspiración a Disney para recrear la pintoresca aldea de Bella, una muchacha que lucha por ser diferente al resto de mujeres de su época, diferenciándose, incluso, del resto de princesas Disney. Pasear por las calles de Riquewihr nos hace recodar esta bonita historia y las canciones que su protagonista femenina entonaba por los rincones del pueblo. Casas blancas con entramados de madera, suelos empedrados y balcones adornados con preciosas flores son los tres pilares que sustentan el encanto de este atractivo rincón de Francia. No obstante, toda la región que rodea a este enclave sirvió de inspiración a la película animada.
Aladdin y el Taj Mahal
En su alfombra mágica, Aladdin y la princesa Jasmine recorrieron un mundo ideal, visitando algunas de las maravillas arquitectónicas del mundo, sin saber que ya se encontraban en una de ellas. El Taj Mahal, localizado en La India, fue la fuente de inspiración de la que bebió Disney para dar forma al palacio del sultán, la residencia de la Familia Real de Agrabah, el lugar en el que se recrea la famosa película de animación estrenada en 1992. Sin embargo, el Taj Mahal no es un palacio, sino un mausoleo funerario del siglo XVII, y el romanticismo de esta joya despertó no solo el interés de Disney, sino también de la UNESCO, que lo declaró Patrimonio de la Humanidad. La mezcla de estilos artísticos, el mármol rosado de sus muros y la paz y tranquilidad que desprende hacen de él un punto de paso obligado, al menos, una vez en la vida.
El Jorobado de Notre Dame y la catedral de París
Seguramente sea la localización más evidente de todo este recopilatorio que hemos preparado porque en el propio título de la cinta aparece el nombre del lugar. La Catedral de Notre Dame es uno de los símbolos por excelencia de París y del arte gótico, siendo la protagonista de la Île de la Cité y la guardiana de piedra del río Sena. En sus campanarios los turistas buscan con curiosidad las huellas de Quasimodo, el jorobado protagonista de este clásico filme de Disney, y lo encuentran, ya que una figura de papel y cartón que representa al personaje animado les espera entre campanas y gárgolas. De fondo, la pandereta de su dulce Esmeralda anima a los viajeros a emprender el regreso a la nave de la catedral escaleras abajo mientras recuerdan la historia de esta película que se basó en la magna obra escrita del romántico Víctor Hugo y que fue estrenada en la pantalla grande en 1996.
Mulán y la Ciudad Prohibida de Pekín
Mulán demostró, al igual que nuestra amiga Bella, que era diferente al resto de princesas Disney. Se trata de una de las últimas películas de la factoría animada del siglo XX, ya que fue estrenada en 1998. Sin embargo, sus creadores ya llevaban años investigando sobre la cultura china, lo que explica que la Ciudad Prohibida de Pekín, un complejo palatino del siglo XV que sirvió durante más de cinco centurias de residencia a los emperadores de China, sea realmente el palacio de esta princesa oriental. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está construido en madera y es uno de los grandes tesoros de la arquitectura oriental.
Atlantis y el templo Angkor Wat
Quizás la película "Atlantis: el imperio perdido" sea una de las menos famosas de Disney, aunque no así para los que son seguidores de todas las cintas animadas de la factoría. Fue estrenada en el año 2001 y narraba las hazañas de un grupo de aventureros dispuestos a encontrar la legendaria ciudad Atlántica. Para recrearla, los creadores pusieron su vista en Angkor Wat, uno de los templos hindús más importantes del mundo y centro de peregrinación a lo largo de toda la historia que se encuentra localizado en la actual Camboya. Construido en el siglo XII, gracias a la magia de Disney se sumergió en las profundidades del océano para fundamentar el entorno de este filme cuya segunda parte no llegó ni a estrenarse en cines.
Enredados y el Mont Saint-Michel
Recuperando el espíritu de llevar a la gran pantalla los cuentos clásicos, se estrenaba en 2010 la película "Enredados". Disney no solo puso su atención en la historia de Rapunzel, sino también en el Mont Saint-Michel, la joya medieval de Francia que renace cada día de las aguas gracias a las mareas. El palacio de esta nueva princesa de la factoría es claramente la copia animada de este monte en el que se localiza uno de los monumentos más visitados del país galo. La puntiaguda torre de la abadía benedictina francesa sirve en el filme de alta torre palatina en la que una joven Rapunzel se refugia de los antagonistas que toda película de Disney tiene.
Brave y el Castillo de Dunnottar
Aunque de Disney, "Brave" pertenece a la rama Pixar. Inspirada en la tradición escocesa, lo lógico era que se recurriera a alguna localización de la zona para diseñar el castillo de Mérida y su familia, tomando como base el Castillo de Dunnottar. A pesar de que presenta un estado ruinoso en comparación con otras fortalezas, cuenta con un encanto especial por la alfombra verde que lo rodea, como ocurre con cualquier otro monumento de Escocia. Indomable o no, lo cierto es que hay rutas turísticas en torno a esta película de animación en esta región del Reino Unido, lo que demuestra que Disney sigue siempre muy vivo en el corazón de todos los espectadores, sean niños grandes o pequeños.