Dubai es una ciudad que se ha construido a base de récords. El centro comercial más grande del mundo, la pista de tenis más alta del mundo, el hotel más alto del mundo,... y, claro está, el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte la situación económica mundial ha terminado por ralentizar o paralizar este tipo de mega-obras. La Dubai Creek Tower de Santiago Calatrava con sus 828 metros de altura, que debía inaugurarse este mismo año 2022, paró sus obras en 2020 y nada ha vuelto a saberse de ella.
Así pues, Dubai ha decidido seguir creciendo en base a proyectos más mundanos que consigan seguir llamando la atención sin tener que invertir auténticas fortunas. Ahí tenemos el Dubai Frame o la Za'abeel Tower con su plataforma entre edificios. El más reciente de ellos es el denominado Museo del Futuro, inaugurado el pasado mes de febrero de 2022.
¿El edificio más bonito del mundo?
Para promocionar su nueva atracción, Dubai se ha autoadjudicado otro de sus récords, definiendo en esta ocasión el proyecto como "el edificio más bonito del mundo". La belleza es subjetiva y no vamos a entrar a discutir si están en lo cierto o no, pero no hay duda que desde el punto de vista arquitectónico estamos ante una construcción singular.
Se trata de un edificio notablemente pequeño para estándares locales: apenas siete pisos diseñados por el estudio Killa Design y el arquitecto Buro Happold. Pero su forma y estructura dejan entrever a simple vista que estamos ante mucho más.
Con la figura de una elipsis ovalada semi-hueca y una silueta inconfundible, el Museo del Futuro está construído gracias a 1024 enormes piezas de acero inoxidable, cada una con su forma propia para poder componer las esferas. En ellas están escritas en árabe tres citas del Primer Ministro de los UAE, Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum. De día dejan entrar la luz a las instalaciones y están replicadas desde dentro, de noche están iluminadas visibles desde fuera.
Cómo llegar -y entrar- al Museo del Futuro
A diferencia de la tendencia de colocar las cosas cada vez más lejos entre sí, en Dubai nos han dado un respiro con una localización relativamente sencilla y céntrica para el museo : al lado de la autovía E11 y las torres Jumeirah Emirates, muy cerquita del Dubai World Trade Center y a una media hora andando del Burj Khalifa y Dubai Mall.
La esfera está colocada sobre una pequeña montaña verde donde se encuentra la entrada, lo que eleva la belleza del lugar, que merece la pena ver por fuera tanto por el día como por la noche. Sin embargo, no hay que perder de vista que seguimos en Dubai con su peculiar planificación urbanística: cruzar al restaurante de enfrente, menos de un minuto en línea recta, te llevará hasta 40 minutos andando hasta encontrar el primer paso disponible. Un disparate.
Museum of the Future
- Dónde: Sheikh Zayed Rd - Trade Centre - Trade Centre 2 - Dubai
- Cómo llegar: En Metro, conectado a la estación Emirate Towers (línea roja) o en Taxi, dispone de parada a la puerta
- Horario: 10:00 a 18:00, 365 días al año
- Precio: 145 dirhams (38 euros aprox.)
- Página web: Museum of the Future
Durante estos primeros meses de apertura es una obligación reservar entrada, pues las plazas son limitadas y se agotan pronto (intenta comprarla con al menos un par de semanas de antelación). Se puede hacer online y prepara la cartera porque cada entrada cuesta nada menos que 145 AED, unos 38 euros al cambio actual. Ahí reservarás no sólo el día, también la hora de entrada, imprescindible hasta para entrar al hall del museo, restringido por ahora a los que disponen tan preciado billete.
El hall del Museo del Futuro es precioso y, valga la redundancia, futurístico. Pareces estar dentro de otro edificio de Calatrava, aunque en este caso no está diseñado por el arquitecto español. Ocupando toda la altura del edificio, en la entrada verás las taquillas donde recoger tu entrada, la tienda y una pequeña cafetería que probablemente sea lo más futurístico que veas en toda tu visita, con el café preparado por un brazo robótico al que le pides mediante tu móvil. En la tienda puedes crear tu propio perfume en base a mezclar una serie de fragancias. Y a buen seguro encontrarás algún dron sobrevolando la entrada.
Una visita interior descafeinada
A partir de ahí solo queda entrar en la exposición. Tu entrada es una pulsera que, en teoría, va almacenando datos de tu visita, pero que en la práctica solo se utiliza en otro lugar más, por lo que es un elemento bastante desaprovechado.
La idea es trasladarnos al año 2071, cuando se cumplirá el centenario de la fundación de los Emiratos, y ver cómo será el mundo por entonces. Cada planta tiene una exposición con la idea de que algunas sean más permanentes que otras. Otro de los pisos está dedicado a una serie de juegos infantiles y el Museo dispone así mismo de una terraza para salir al hueco del edificio a apreciarlo con el skyline de Dubai de fondo.
Entre las exposiciones, trajes espaciales y algunas maquetas de cómo sería una ciudad en el espacio, una preciosa colección de cilindros de cristal retroiluminados con todas las especies en el mundo o una experiencia sensorial en lo que podría ser un spa del futuro. La realidad es que si esperas ver proyecciones de cómo crecerá Dubái, gadgets futurísticos o qué inventos tecnológicos nos cambiarán la vida te vas a quedar con las ganas, porque la exposición es más bien sosa, escasa y para nada vale lo que cuesta.
En definitiva
El Museo del Futuro se nos presenta como el edificio más bonito del mundo y, lo sea o no, desde luego es una construcción original y llamativa que merece la pena contemplar de cerca. Su contenido, sin embargo, es mucho más pobre y su entrada discutible, con un escaso valor añadido. Teniendo en cuenta la inmensa cantidad de oferta de ocio que Dubai ofrece, probablemente no merezca la pena invertir demasiado tiempo en ella.