Pamplona es mundialmente conocida por las fiestas de San Fermín. Sin embargo, la capital Navarra posee muchos otros tesoros que no todo el mundo tiene el placer de conocer, por eso en este artículo te enseñamos 5 lugares mágicos que no puedes dejar de ver si visitas la ciudad.
1. Calle Estafeta
Se trata de la calle por la que los mozos corren en los encierros de San Fermín. Mide unos 250 metros y comienza en la famosa esquina de Mercaderes y finaliza en el tramo de Telefónica. Es sin duda una de las calles más transitadas de Pamplona debido a la gran cantidad de locales y tiendas que dispone. También cabe destacar la gran oferta gastronómica de la que podemos disfrutar en esta calle donde destacan los famosos pinchos, los dulces de Beatriz o los churros de Lerín. Es una zona perfecta para visitar con niños ya que no circulan vehículos y no existe peligro alguno.
Consta de dos partes bien diferenciadas, la que comienza en la curva de Mercaderes donde en los encierros suelen chocar los toros y la que empieza en la bajada de Javier que desemboca en la Plaza de toros. Los jueves se celebra el Juevintxo y por el precio de 2 € tenemos un pincho y una cerveza o vino. Por las noches se convierte en una zona de fiesta y los bares se transforman en pub nocturnos.
2. La Ciudadela
La ciudadela se construyó en el año 1571 durante el reinado de Felipe II. Fue en los tiempos de la anexión del reino de Navarra a la corona de España por lo que se pensó como una fortaleza para defender la ciudad de los posibles ataques de Francia y para evitar las revueltas de los pamploneses contra sus nuevos gobernantes. Es una construcción amurallada con forma de estrella de cinco puntas, 3 de ellas se orientan a Francia y 2 al centro de Pamplona. Actualmente se utilizan sus edificios para realizar diferentes exposiciones. De la construcción militar original, todavía se puede ver el polvorín de 1694, el almacén de mixtos de 1720 o la sala de armas de 1725. También es interesante pasear por su alrededores conocidos como La vuelta del castillo, un enorme jardín de unos 275.000 metros cuadrados en los que no se permite edificar y constituyen una de las mayores zonas verdes de Pamplona.
3. Plaza del Castillo
En ella también se celebraron diferentes torneos medievales y hasta 1844 fue el lugar donde se llevaban a cabo las corridas de toros. Es completamente peatonal y dispone de un gran parking subterráneo. En el centro de la plaza se sitúa un kiosko de música de 18 metros de altura que se eleva sobre un tambor escalonado cuya cúpula se sostiene por columnas de orden jónico.
En sus alrededores varios edificios emblemáticos de gran antigüedad entre los que destaca el Palacio de los Goyeneche del siglo XVIII, la fachada del Palacio de Navarra, el Café Iruña, el lujoso Hotel La Perla o el antiguo Casino. Al sur de la plaza, donde comienza la Avenida de Carlos III podemos encontrar las estatua dedicada al rey Carlos III el Noble. Es el corazón de la ciudad y siempre está repleta de gente, sobretodo en verano.
4. Parque de La Taconera
Es el parque más antiguo de Pamplona. Se encuentra a 10 minutos de la plaza del Castillo y mide unos 90.000 metros cuadrados. Es totalmente gratuito y está abierto 24 horas. Posee bellos jardines y plantas de todo tipo además de numerosas esculturas y un bonito mirador en la calle Navas de Tolosa. Lo más característico del parque de La Taconera es su fauna. Las instalaciones cuentan con un mini zoo en el que conviven en semilibertad Ciervos, conejos, gamos, patos, faisanes, cisnes, cabras y pavos reales separados por fosos. Para hacer un descanso podemos entrar a merendar al mítico Café Vienés, antigua caseta de alquiler de bicicletas. Tampoco hay que pasar por alto la gran cantidad de esculturas situadas en en. Es un lugar ideal para pasear y pasar la tarde en familia.
5. Ayuntamiento de Pamplona
Este edificio se construyó en 1423 a disposición del Privilegio de la Unión de la unificación y pacificación de Pamplona por Carlos III de Navarra. En 1753 se derribó el primitivo y se levantó uno nuevo por el arquitecto Juan Miguel Goyeneta con una fachada perteneciente al estilo rococó. En 1756 fue modificada por Juan Lorenzo Catalán. Actualmente sigue un estilo un gusto barroco que se puede apreciar en algunos detalles como el balcón de hierro y y las esculturas de la Prudencia, la Justicia, Hércules y la Fama.
Se sitúa en la plaza consistorial por la que pasa el camino de Santiago y desde el balcón se lanza el txupinazo cada 6 de julio a las 12:00 marcando el inicio de las fiestas patronales de San Fermín. Durante las fiestas, la plaza se llena completamente y es casi imposible encontrar un hueco. Se encuentra próximo a la calle Jarauta y a la Plaza de los Burgos.